Reflexión: el hijo del vecino
- Dan Monsalvez A.
- 3 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Un día como cualquier otro, un niño se encontraba jugando fuera de su casa cuando advierte que aproximadamente a una cuadra del lugar llega un camión de mudanza a una casa que estaba en venta hace como tres meses más o menos.
Pronto el Niño perdió interés en esto ya que tuvo ganas de comer un helado, cómo todos los días, llamo a su papá para pedirle dinero y comprar uno, su papá, que lo amaba mucho, no dudo en darle el dinero que necesitaba y, aún más, le dijo que se podría quedar con el vuelto.
El niño, quien nunca dudo que su papá le daría el dinero para ese helado, se va feliz al almacén. Pasaron un par de minutos y el padre siente que golpean la puerta de su casa, lo cual era extraño, ya que era muy pronto para que su hijo ya hubiese regresado.
Al abrir se encuentra con un niño que nunca había visto, pronto entendió que se trataba del niño que hace poco se había mudado a la casa que estaba aproximadamente a una cuadra de ahí, la misma casa que había visto su hijo hace un momento atrás, lo más extraño fue la petición de este niño: "hola señor, quería pedirle que me diera dinero para comprarme un helado".
Por su vestir y su hablar, se notaba que este niño no era pobre o que su familia si tenía para comprarle un helado, por lo que el papá respondió: "lo siento niño, pero todo lo que tengo está reservado para mi hijo, y lamentablemente, a ti no te conozco, disculpa".
Todos somos creación de Dios, pero solo los que hemos decidido CREER en Él y OBEDECERLE, tenemos el derecho a ser llamados SUS HIJOS.
Piensa en esto la próxima vez que creas tener el derecho de alegarle algo a Dios sin querer conocerlo...ahora, la buena noticia, tú también puedes ser HIJO si de verdad lo deseas.
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