"Pastor... soy gay": homosexualidad en la iglesia

Vamos al grano, este es un tema complicado y en muchos casos no se le toca con el debido cuidado por el argumento de “Dios creo al hombre y a la mujer” como excusa para sentir que el tema es tan simple de solucionar como vitorear esta porción de la escritura

El problema es que mientras seguimos gritándole a la gente esto desde nuestros pulpitos, nuestros puntos de predicaciones, nuestros congresos y nuestros programas radiales y televisivos, en nuestras iglesias puede haber más de una persona (y la verdad, aunque solo fuese una habría que tener el mismo cuidado) que debe lidiar, en un temeroso temor moral, con esta realidad de una forma muy cercana como en la familia, en su círculo de amigos, en gente que ama o, por qué no, en el mismo o en ella misma

Es por eso que este tema se debe tocar con más cuidado. Por temor, más de alguien puede Decir “amen” en nuestras reuniones frente a esta declaración mientras en su interior lo consume la idea de que no entiende porque no se siente como debería sentirse con su sexualidad y, lo peor, incapacitado para acudir a alguien ya que todos parecen estar “tan seguros” de que el asunto se soluciona como: “renuncie al espíritu de la homosexualidad hermano, si no puede, es porque le falta fe y está en pecado, vaya a orar”

Hay que volver a revisar la postura de la iglesia con respecto a este tema, no estoy diciendo que la cambiemos, no estoy abogando a favor de la homosexualidad (por si alguien ya lo pensó) estoy abogando por la necesidad de tanta gente dentro y fuera de nuestras iglesias que están pasando por esta situación y por más que tratan y tratan de no sentir lo que sienten, no pueden hacerlo solos y no tienen a quien acudir sin sentir que serán “exorcizados” por sus líderes y pastores antes de tener una verdadera conversación que lo llevara a ver la respuesta desde la postura del amor y la paciencia

La homosexualidad es un tema fuerte, pero la gente que lo vive siguen siendo personas débiles, susceptibles y frágiles, si tenemos que elegir entre “sacar” la homosexualidad con alguna especie de liberación o fortalecer y llenar de fe en Cristo a la gente para que sea Cristo en ellos quien les haga ver la salida, entonces respiremos profundo antes de querer “encarar al demonio de la homosexualidad” y veamos primero a la persona que está sufriendo con el tema frente a nosotros, estoy seguro que Cristo nos guiara a una salida sin daños a terceros